En Aragón Liberal
El mundo se para, está de fiesta,” alégrense cielos y goce la tierrra” porque estamos celebrando la Navidad, la llegada del Niño Dios ,Dios con nosotros: Dios envió de cabe sí a su Unigénito, para que nos redimiera y diera ejemplo de vida. Todo esto, que forma el núcleo del misterio cristiano, misterio de amor, no sólo es verdad sino que resulta tan atractivo que todo hombre de cualquier creencia, pero de buena voluntad, que dedique algún tiempo a su contemplación y estudio, quedará subyugado, extasiado por lo que representa para los hombres el que el mismo Dios quiera hacerse hombre, se abaje, para que podamos acercarnos a Él, para que podamos ser como Él, para sentirnos Hijos de Dios
Pero al proyecto divino de ofrecernos:” una tierra nueva, unos cielos nuevos; en los que brilla la justicia, el amor, la paz” los hombres, algunos, se empeñan en rechazar la Buena Nueva; algunos pretenden desalojar a Cristo de la sociedad, hacer un mundo sin Dios; desgraciadamente esto es así y los resultados a la vista están. Bien es verdad que ya el evangelista Juan nos previene con frase lapidaria ” vino a los suyos, y los suyos no le recibieron”
Si esta es la situación, aquí sólo hay dos soluciones: o rechazamos a Cristo, lo que supone el caos, pues sin Dios no somos nada(Benedicto xv1); o aceptamos el plan de Dios, de ese Dios misericordioso y perdonador que nos ofrece la Vida, la vida eterna
Los cristianos, lo tenemos claro y ,apoyados en todos los hombres de buena voluntad, tenemos que encabezar ese movimiento mostrando el rostro amable de Cristo
La teoría es muy fácil, el cumplimiento, no tanto. Veamos:Hacer el bien y evitar el mal en todo lo que tenemos que hacer: trabajo, estudio, familia, sociedad; dedicando el tiempo necesario, con esfuerzo, con ciencia y con conciencia; respetando las leyes divinas y humanas; buscando en el bien de la familia, de la sociedad, de la patria; siendo conscientes de que tendremos fallos, a pesar de nuestras miserias, de lo poco que valemos pero Tú Señor, nos sostiene, con Dios, todo lo podemos. Esto es lo que nos enseña Jesús con su andar terreno, creciendo y viviendo como uno de nosotros nos revela que la existencia humana, el quehacer corriente y ordinario, tiene un sentido divino(El triunfo de Cristo en la humildad)
Ven, ven Señor no tardes,
ven, ven que te esperamos,
ven, ven Señor no tardes,
ven pronto, Señor.
Pero puede ocurrir, triste sería, pero posible, que venga el Niño Dios y no encuentre ese amor y esa paz en nuestros corazones, que es en realidad donde quiere aposentarse
Ángel Gallego