Está situado en el interior del conjunto arquitectónico, en la capilla de Loreto situada en la cripta del Santuario, cuándo llegas a la capilla, en el fondo ves una cueva con imágenes talladas en alabastro casi de tamaño natural, la Virgen con el Niño Jesús en su regazo y a su lado San José, detrás el buey y la mula, en las paredes de la santa cueva están los angelotes custudiando la escena familiar. A un lado de la cueva, se ve en el fondo un paisaje típico del Somontano, el establo se representa cómo uno de los típicos de las casas del Pirineo.
Las ímagenes son de una belleza indescriptible, su autor Joan Mainé las realizó antes de llevar a cabo el retablo de la iglesia del Santuario de Torreciudad, las imágenes de alabrasto están policromadas y el conjunto resulta de una gran belleza, el resto del año se exponen en las galerías que conducen a las capillas dónde se pueden venerar las imágenes de las diferentes advocaciones de la Virgen que llegan en perigranación desde todos los lugares del mundo, es una maravilla poder contemplarlas, los hijos de María sentimos la emoción de ver a nuestra Madre en diferentes imágenes, unas con el Niño, otras con el vestido bordado, algunas llenas de colorido, otras austeras y pálidas, todas llevadas con el cariño de los fieles que aman a María y saben tratarla cómo a una verdadera Madre. Merece la pena acercarse a Torreciudad para saludar a la Virgen y encontrarse allí con Jesús.
